Innovación y Startups

Emprendedores de Viña del Mar tras los incendios: “Se necesitará inyección de capital y formular fondos de inversión rápidos para los afectados”

Felipe Taborga, de Serigrafía Chile, enfatizó que los fondos de inversión de Corfo no serían suficientes para levantarse, por lo que se hace necesaria la implementación de medidas de apoyo por parte de las autoridades.

Por: Anaís Persson | Publicado: Jueves 8 de febrero de 2024 a las 16:00 hrs.
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Serigrafía Chile fue uno de los tantos emprendimientos afectados por los incendios en Valparaíso. Esta compañía familiar, enfocada en estampados textiles y cristalería, perdió alrededor de $70 millones en maquinaría y materias primas.

La PYME, que comenzó en 2013 como un pequeño negocio en una de las habitaciones de la casa de sus fundadores Roxana Aravena y Miguel Taborga, creció de manera sostenida hasta establecerse en un galpón de 270 mts2 en el barrio industrial de Viña del Mar, justo en la zona que fue arrasada por las llamas la semana pasada.

Según cuenta Felipe Taborga, hijo de los fundadores y parte de la empresa, haber perdido su negocio ha impactado fuertemente a su familia. “Perdimos todo. Y que tus sueños y esfuerzos se acaben de un día para otro es terrible”, dijo. 

El impacto afectó, por supuesto, a los 10 trabajadores, que por años han aprendido el oficio hasta convertirse en maestros de su área; pero ahora sin dinero para pagar sus sueldos y cotizaciones, se abre la posibilidad de despedirlos.

Con todo, los Taborga quieren volver a levantarse, para ello realizaron un catastro de todos sus fondos, analizaron facturas pendientes de pago y destinarán un monto a recomponer sus máquinas y materias primas. Lo que más necesitan en este momento es “volver a poner el negocio en marcha” y para eso lo más importante es el capital.

“Estamos seguros de que si partimos el mes que viene, el mismo mes estaríamos registrando el mismo volumen de ventas. Necesitamos rapidez para accionar”, aseguró al tiempo que relató que muchos de sus clientes han dado muestras de apoyo. “Quienes conocen nuestra historia de emprendimiento familiar nos han mandado sus mensajes de aliento y eso nos ha ayudado un montón”.

Al ser consultado sobre las PYME afectadas por los incendios, el emprendedor apunta que para levantarse se necesitará una inyección de capital, realizar un catastro de las pérdidas y, a través de Sercotec, formular fondos de inversión rápidos para los afectados. Sin embargo tiene en cuenta que se necesita de una evaluación rigurosa para evitar que la posible ayuda de las autoridades vaya a manos equivocadas.  

“Lo que nos preocupa, y creo que no solo hablo por mí, sino que por todos los emprendimientos de aquí, es lo que se va a hacer para las PYME. Si es que efectivamente van a tomar alguna medida”, expresó.

La historia de Serigrafía Chile se repite en la zona que albergaba muchos negocios familiares. “Todos están en la misma mentalidad de salir adelante, borrón y cuenta nueva. La historia del emprendedor es así, resiliente. Creo que estos obstáculos te fortalecen y estoy seguro de que tanto nosotros como nuestros vecinos vamos a salir adelante”, sostuvo.

Más de 10 años de esfuerzo consumidos

El viernes 2 de febrero, Felipe Taborga salió del trabajo a las 17:30 horas, más temprano de lo normal debido al calor. Según cuenta, el humo se hacía sentir en el barrio, como suele ocurrir cuando hay incendios forestales. Dio la orden a los demás trabajadores y dejaron la planta de estampados.

Alrededor de las 19.00 horas, cuando ya se encontraba en su casa, recibió la llamada de su hermano que es bombero, quien le recomendó retirar los computadores de las bodegas, ya que no había dotaciones en caso de un incendio.

Felipe Taborga desestimó la advertencia, pensaba que para que ocurriera un incendio en El Salto “tendría que pasar una catástrofe”. En menos de una hora recibió otra llamada, era su padre: “Felipe, El Salto se incendió”.

Subió a su camioneta y se dirigió al lugar. El mismo camino que había recorrido hora y media antes se había convertido en un “campo de batalla”, oscuro por el humo y con bomberos por todos lados. 

Avanzó en el vehículo todo lo que pudo hasta estancarse en el tráfico, así que decidió estacionar su camioneta para continuar el trayecto a pie. Cuando llegó, aproximadamente a las 20:00 horas, ya no quedaba nada.


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